jueves, 29 de noviembre de 2012

Iben Gabirol: primer filósofo judío en Valencia




 

 
     Situación de la judería sobre plano de Manuel Sanchis Guarner, La ciutat de València, 1972

La primitiva judería valenciana tenía al sur como límite la puerte de Xarea y al norte la antigua alcasseria o mercado musulmán. Durante la ocupación musulmana tendría una ocupación relativamente pequeña, dedicada a la artesanía y el comercio, con algunos personajes dedicados al estudio de la Ley y las tradiciones judías. España fue la edad de Oro del judaísmo tanto en poesía como filosofía y los últimos años de su vida los pasó en la Valencia islámica, poco antes de su conquista por el Cid, un filósofo judío de gran importancia, llamado Ibn Gabirol.
Salomón Ibn Gabirol fue el primer filósofo hebreo de la península Ibérica. Nacido en Málaga hacia 1030, se trasladó de allí a Zaragoza al seno de una comunidad judía en disputa con la de Granada y pasó sus últimos años en Valencia, donde murió hacia los treinta años. Fue un filósofo insigne de España. Le preocupan las relaciones entre Dios y el mundo. Como Filón de Alejandría había desarrollado la teoría del Logos que desarrollaron los filósofos neoplatónicos, Gabirol la recoge pero la modifica en dos puntos: introduce el concepto de la voluntad divina, como término medio entre Dios y las emanaciones de seres animados e inanimados, que no representan por ello una necesidad mecánica e inevitable. Además, consideraba la materia como una de las primeras emanaciones, siendo entonces espiritual, y la materialidad una propiedad accesoria del espíritu. Por otra extraña paradoja su Meqor Hayyim (“Fuente de la Vida”) fue estudiada más por los filósofos cristianos que la tradujeron del árabe como fons vitae y a él como Avicebron. Pero sus ideas las recogieron en el siglo XIII el movimiento de la Cábala (concepción de la creación, espiritualización de la materia).
Los judíos bajo dominación musulmana ocuparon algunos cargos como traductores e intérpretes, consejeros de reyes e incluso visires por el carácter de puente entre culturas de su historia y se dedicaron al comercio de pieles del norte con la seda del sur y las especias y metales preciosos de oriente.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Parejas de Belugas oceanográfico e inteligencia cognitiva

 
El oceanográfico de Valencia cuenta con dos blancas ballenas beluga en su acuario del Ártico con forma de iglú de Laponia. Se llaman Yulka y Jairo.
El nombre de beluga deriva del vocablo ruso byelukha, que quiere decir blanco. Según “ecologistas en acción” entre 1999 y el el 2003 llegaron al oceanográfico estos dos belugas, Yulka y Kairo procedentes del acuario del “mar del Plata” y a su vez de Mosću, donde se encontraban en un centro de investigación.
Las belugas miden hasta cinco metros y pesan 900 kilos, tienen una cabeza graciosa y flexible, con una frente o “melón” arrugado sobre unos ojos de mirada inteligente, el torso sin aleta dorsal y una natación elegante, muchas veces de espaldas, mientras emiten variedad de sonidos acústicos.


La cabeza es la anatomía más estudiada de las belugas por su peculiar forma de comunicarse, con silbidos gañidos, chirridos, gorjeos y chasquidos, hasta 32 tipos de sonidos. Algunos son de galanteo, como suaves susurros, otros de enfado con chasquidos de la mandíbula y paladar. El biólogo Manuel Castellote explica este sistema de comunicación a la vez que su utilidad para pescar hasta 400 metros de profundidad al pasarse más 20 minutos sumergidas. La emisión de sonidos se facilita por la capacidad de girar el cuello unos 90º y la audición es aún más peculiar pues al carecer de oídos externos es la mandibular la que trasmite las vibraciones del sonido al oído interno que las descifra.(“Qué nos dicen las belugas”: Ideal.es, 15-11-2008)
Detectores de sonidos han sido desplegados en Alaska y Noruega para profundizar en el lenguaje de estas belugas. Pero, ¿tienen sentimientos y emociones cognitivas?

Si nos trasladamos al noroeste de Rusia, al menos saber apreciar la belleza y la danza de un cuerpo de mujer que se sumerge en apnea hacia las heladas heladas aguas del Mar Blanco. Allí, Natalia Avseenko se sumergió por primera vez para bailar con las belugas, en abril de 2011. ¿Responderían airadas o amistosas? La primera vez se sumergió “en húmedo” es decir en un traje que deja filtrar agua helada, rápidamente adaptada a la temperatura del cuerpo. La segunda vez sin traje, vestida de “Eva” con su pareja de amigas, macho y hembra, como las de nuestro oceanográfico de Valencia, pero en libertad. Según un ideario británico, podemos considerar la la escena con la premier de un ballet acuático singular y un diario británico la comparó con la ninfa de un cuadro prerrafaelista y la “donación de su cuerpo a la ciencia”.


Por otra parte, las belugas de nuestro oceanográfico de la ciudad de las artes viven una vida alegre hasta cierto punto.
En enero de 2009 fueron papás lo que supondría una alegría inmensa. Pero el gozo duró poco. La joven e inexperta mamá Yulka no se prestó a alimentar el bebé y la alimentación artificial no dio resultado por lo que el beluguita falleció a las 25 días. Pero según un informe de “ecologistas en acción” recogido asimismo en ecocéanos ya desde cinco años antes, junio de 2004 se observa un comportamiento especial en el macho, que algun psicólogo clínico calificaría claramente de “depresivo”. Como guía de turismo voy hasta tres veces a la semana a este acuario y Kairo se mantiene “justo a la entrada, flotando de cara a la pared, no se mueve, levemente la aleta caudal en algunas ocasiones, y así pasa las horas y los días.” Esta descripción la he comprobado decenas de veces. Dicen que el oceanográfico lo achaca a su avanzada edad. La hembra por su parte se mueve en círculos constantes, gira su hermosa cara hacia el cristal para saludar a los niños y guiña el ojo a las cámaras.
¿Qué opinas?¿Le afectó más al papá Kairo la pérdida del bebé beluga? ¿O añora los espacios abiertos del Mar Blanco de Rusia donde jugaría con Natalia Avseenko? ¿Tú qué harías?