martes, 3 de septiembre de 2013

Agujas curiosas: Visita a les Agulles de Santa Agueda, Visitas turísticas guiadas de Valencia



Nos hemos acercado a visitar las “Agulles de santa Agueda” en el parque natural del Desierto de las Palmas. Las sorpresas llegan desde todas las partes pues se trata de un territorio con una microreserva de flora mediterránea, con un pasado religioso notable dada la presencia de la orden del Carmelo desde tiempos remotos, y una onomástica  poética. Como la palabra “desierto” que alude al alma en el lenguaje místico en su lucha por encontrarse con Dios en lugares solitarios de oración, conocidos como eremitorios.
Bahía de Benicassim desde el Bartolo

El nombre del pico más alto, el “bartolo” (729mt) debe su nombre al hermano Bartolomé. Uno de los más afamados frailes que aquí habitó, del cual se cuenta que se tumbaba en la cumbre a gozar del paisaje y de una cabezadita “a la bartola”. Aunque otros digan que la bartola es la panza o que la fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto significaba licencia para la holganza.


La segunda geológica importante, tras el Bartolo, son las Agujas de Santa Águeda” a una de las cuales subimos desde la Font del Senyor. Sus formas rosáceas y rojizas les dan un particular encanto fantasmagórico por su suave colorido junto al azul intenso del mar y el verde suave de los palmitos y otras plantas mediterráneas. La formación rosácea procede del triásico, hace unos 250 millones de años, con conglomerados de rodeno rojo que descansan sobre pizarras grises. Su aspecto piramidal y de cúspides puntiagudas junto a laderas piramidales de areniscas triásicas teñidas de color rojo fuerte o sonrosado las hace tan llamativas que se le da el nombre de agujas o crestas.

 
Las Agujas en formación rosácea

Agujas apuntando al Bartolo


El nombre de Santa Águeda, en cambio, no se lo dio un geólogo sino un posible religioso imaginativo con vocación de teólogo, de la zona, como nuestro fraile Bartolo.
El santoral dice que Santa Águeda fue una mártir de Catania, en Sicilia, en los primeros siglos del cristianismo, relacionada también con las montañas de Sicilia. Nació en Palermo hacia el 230 de la era cristiana, mujer fervorosa de quien se enamora Quinciano, gobernador de Sicilia. Ella huye a Catania y se le aplica el tormento de parte del antiguo amante y ahora poderoso tirano despechado. Entre los instrumentos que se usan para su martirio tenazas o agujas para destrozar el pecho de la virgen. San Pedro se le apareció e iluminó su celda para llevarle la curación. Más tarde la acuestan sobre llamas ardientes y muere murió hacia el 5 de febrero de 251. Según cuentan el volcán Etna hizo su erupción un año después de la muerte de la santa..
El ermitorio de Les Santes está situado en el barranco del mismo nombre, a unos siete kilómetros de Cabanes. 
Eremitorio de Les Santes

Un obispo de Tortosa ordenó a los fieles de Cabanes reconstruir el antiguo ermitorio en ruinas y en el 1617 se colocó en el nuevo altar la imagen de Santa Lucía y Santa Águeda. En 1617 se colocó en el altar mayor las imágenes de las patronas. Fue un sacerdote de Cabanes , quien recomendó a los carmelitas fundar en el Desierto de las Palmas hacia 1698, con la advocación de dos mujeres. Lucía, una patrona de la vista, y Agueda, patrona y defensora de la libertad de las jóvenes. Las fiestas dedicadas a Santa Águeda en la Península Ibérica confirman este papel de defensora de la igualdad de género contra abusos injustos, como en Castilla, donde a las mujeres se les entrega los bastones de mando por un día, y en el País Vasco donde la víspera se reúnen grupos de cantores con bastones o “Makilak”. En Zaragoza y también en Catania, se regalan dulces en forma de pecho de mujer como reliquias de la santa, con merengue y cereza o de nata relleno de trufa.

Nos queda por aclarar la presencia del nombre tan curioso de Agulles de Santa Águeda. Las montañas gemelas en forma de pecho son comunes en la Península, pero aquí en especial resaltan las formas puntiagudas a manera de gancho o agujas. La dedicación a Santa Águeda, ¿la daría un religioso carmelita al relacionarlas con el santuario cercano?. La forma de “agujas” naturalmente nos recuerdan los instrumentos de tormento con los cuales los verdugos sicilianos quisieron privar a la santa de su femineidad. Si observamos de cerca las agulles hacia el monte Bartolo podemos recorrer un relieve cuya cima mayor recuerda la cabeza de la virgen mientras el resto de crestas nos sugiere poéticamente, su cuerpo recostado hacia las aguas del mar mientras recibe su martirio. 

Aguja grande

Agujas menores


Al subir por la pista hacia el Bartolo, 200 metros más alto, las vistas nos permiten contemplar toda los 180 km del golfo de Valencia hasta divisar el Montgó de Jávea en la lejanía. Del otro lado las islas columbretes. Detrás nuestro las ruinas del primer eremitorio, el actual convento carmelita.
Un gozo para los sentidos. Un auténtico viaje cultural por Valencia y Castellón, que finaliza visitando el Arco romano de Cabanes en la antigua Via Augusta.

Arco de Cabanes


Bibliografia:
Vicente Sos Babyat, El valle de Miravet y “Les Agulles de Santa Agueda” (sep. Del Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura t. xxxv e. octubre -Diciembre 1959.

jvniclos

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