La ascensión hasta los 1.400 metros nos costó una hora y media, por la vertiente del barranco hacia la cara este.
Cima del Pico Ranera con hermosas losas de piedra, o Talayuelas |
En la cima del monte, un claro día de mayo, gozamos de espléndidas vistas, de los caprichosos bloques de pizarra abiertos hacia el abismo, y los pinos blancos de tronco centenario.
Vistas de vértigo |
Nuestra mirada descubría hacia el Noreste la sierra de Javalambre y el Pico del Buitre, cimas ya conquistadas en otras expediciones, más cerca se descubría el valle que abre el río Guadalaviar en la ciudad de Teruel, al fondo, en dirección norte la Sierra de albarracín, con la sierra del Oso, y hacia el oeste se podían vislumbrar los montes de Cuenca y allá en el sur, el embalse de Benageber, próximo a Líria.
Vértice geodésico |
Compartimos un aperitivo espléndido de titaina, queso del país y jamón curado, todo ello regado con Vino Bobal de la zona de Utiel.
Saludando a la montaña con su guía Paco |
Acompañados de nuestro guía de montaña, Paco de Ademuz, disfrutamos de una jornada agradable que os invitamos a compartir.
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JVN
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