jueves, 30 de mayo de 2013

La Malvarrosa y el Jardinero Fiel


Los guías de turismo nos acercamos a menudo a la explanada del puerto de Valencia para enseñar la playa a los visitantes extranjeros, hablarles de nuestras habilidades culinarias y contarles anécdotas de nuestra historia. Hoy nos toca recordar el origen de nuestra playa más popular y de la persona que se encargó de ponerle nombre.
No fue sino Felix Robillard, un botánico francés que se instaló en Valencia a mediados del siglo XIX y podríamos llamarle el jardinero fiel, pues siempre permaneció constante en su trabajo a favor de la ciudad.
Este ilustre botánico comenzó su carrera formándose en el “Jardin des plantes” de París. A continuación pasó a ser nada menos que jardinero jefe de los Campos Eliseos . En 1848 se trasladó a nuestra ciudad donde fue nombrado “jardinero mayor” del jardín botánico. Más tarde fijó su residencia en la Malvarrosa. La zona donde instaló sus invernaderos. La Malvarrosa era en aquel tiempo una tierra pantanosa de marjal, que desecó con paciencia el ilustre botánico para sembrar especies aromáticas y una playa de pescadores, que retrató Sorolla años más tarde.
Inicio de la pesca en Malvarrosa


Regreso al atardecer




El insigne botánico dedicó toda su paciencia a catalogar allí  nuestras plantas mediterráneas, más de 60000 especies vegetales y a la modernización de la agricultura valenciana, de que tanto nos enorgullecemos.
A nivel industrial se especializó en el cultivo de una variedad de geranio, el “Pelargonium capitatum”, una planta originaria del Cabo Verde en Sudáfrica, bautizada comúnmente como “malva-rosa”. La plantita dará nombre más tarde a este popular barrio marítimo. 
Mata de malvarrosas
           
Flor de la malvarrosa











Robillard aprovechó sus aceites y esencia para montar una fábrica de producción de perfumes. Estas esencias se presentaron en la Exposición de Londres de 1862 y de Paris en 1867, obteniendo reconocimiento internacional.
Fue el vecino más ilustre de este antiguo barrio de pescadores, junto a Blasco Ibáñez, que tuvo su residencia junto a la playa a principios del siglo XX.
Por esa época la playa de la Malvarrosa se transformó en un centro social de primer orden y punto de encuentro de la sociedad valenciana, célebre por sus balnearios que imitaron los tan de moda en la vecina Francia y sus sanatorios para enfermedades como el asma y la tuberculosis.

Balneario de las Arenas, comienzos siglo XX



Jóvenes años 20 disfrutando del balneario



 

Actualmente el principal balneario se trasformó en un hotel de lujo y la playa mejoró con su amplio paseo marítimo prolongado por el también reciente de “La Patacona”

          
Actual Paseo de la Playa de la Malvarrosa, homenaje a la pesca tradicional

 Recordar es poder recrear el pasado.

JVN

Bibliografía: 

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